Aquella noche histórica de Atlético en Quito todavía está presente en todos los corazones de 25 de Mayo y Chile; y, por qué no, en el de todos los futboleros del país. Dos años han pasado de esa fecha que -sin dudas- quedó grabada en la memoria popular, porque se consumó como hazaña.
Ese día, el 7 de febrero de 2017, el "decano" tuvo todo para perder sin jugar siquiera: voló en un avión de línea desde Guayaquil a Quito porque nunca dejaron despegar a su vuelo charter. Llegó una hora tarde a la cancha, no sin antes haber recorrido una autopista en un bus devenido en auto de Fórmula Uno.
Es más, la delegación le entregó su vida a un chofer al que ni siguiera le recuerdan el rostro. Ni cómo era: flaco, gordo, alto, petiso. Una locura.
Y, a pesar de todo ese esfuerzo de película, Atlético pudo haber sido descalificado por no presentarse a tiempo. Pero zafó y concretó lo imposible: derrotó a El Nacional por 0-1, con gol de Fernando Zampedri.
Sí, aquella noche, la noche histórica de Atlético en Quito, está tan presente hoy y nadie la olvida. Porque tuvo un final feliz que no solo se remite a lo deportivo.
Atlético logró trascender en el fútbol sudamericano y todo lo bueno vino después: la victoria, avanzar de fase; otra victoria en la fase 3 y por fin llegar a la fase de grupos donde los jugadores dejaron en alto el nombre de la institución.